Hay que cerrar página y seguir viviendo pero no sé si merece la pena: se pierden las ganas de luchar.
Hace ya mucho tiempo descubrí que no he nacido para ser feliz. Intento engañarme y disfrazar las cosas pero alguna vez me lo llego a creer. Y cuando el espejismo se hace trizas aparece la realidad. Y las ilusiones rotas duelen mucho peroel saber que eran eso, ilusiones y aire, te hunde porque no hay salida posible, nunca la habrá.
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