martes, 13 de diciembre de 2005

Dependencia/ adicción

Mi ordenador, que ya es un poco viejito, decidió la semana pasada, por su cuenta y riesgo un “no va más señores”. No es la primera vez que se declara en huelga o de baja por enfermedad pero cada vez los períodos de funcionamiento fluido se acortan y esta vez no respondió a varios boca a boca hasta que casi lo había destinado al asilo. Revivió, aunque su salud es muy frágil y me asusta que se duerma (apagarlo) porque no sé si volvería a despertar. Y además el proceso es cada vez más engorroso, se necesitan varios formateos consecutivos, reconoce las imágenes cuando le da la gana y demás achaques que indican que la decisión de jubilarlo sería la más sabia.

Mientras me peleaba con él he tenido que pasar varios días con síndrome de abstinencia. Al levantarme por la mañana, mis gestos automáticos son poner a hervir el agua de mi café (mi pequeña hervidora, otro de mis caprichos), encender el monitor para ponerme al día y enchufar la PDA para “tener material fresco” para mi viaje en metro... Hasta que me daba cuenta si estaba lo suficientemente adormilada que mi ordenador ya no existía.... Tenía que encender la radio o la televisión para poder enterarme de las últimas noticias, que no estaban personalizadas a mi gusto, por supuesto....(ni incluían blogs)

Y así podría seguir durante todo el día. Me decían que si ya paso toda mi jornada de trabajo delante del ordenador tampoco podía echarlo tanto de menos. Y aunque muchas veces la PDA ha sido una sustituta capaz (gracias también a mi vecino por su red abierta...) seguía “necesitando” mi ordenador para muchas pequeñas cosas: en vacaciones tal vez podré desconectar y vivir sin él algún tiempo pero para el día a día ya es para mí tan importante como el agua, la electricidad, tantas cosas que damos por descontado en una casa y que sólo pensamos en ellas cuando ocurre algo y nos faltan.

Definitivamente incluyo a los ordenadores en esa categoría y no porque necesariamente me pase pegada al monitor desde que llego a casa hasta que me acuesto (idea que tienen de mí muchos compañeros de trabajo) sino porque está ahí disponible para solucionarme cualquier problema (escuchar música, jugar, hablar con alguien, resolver una duda, pedir una pizza o buscar una receta de cocina, enterarme de las últimas noticias o comprar ese libro que no hay manera de encontrar en las estanterías de la Fnac pero que milagrosamente sí aparece en la página fnac.es) Y así ejemplos saldrían a miles...no he puesto nada supuestamente friki. El ordenador ya es un elemento de la vida diaria, uno más y un todo en uno.

Así que ahora mismo examino presupuestos mientras cruzo los dedos para que sobreviva unos días más....

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