Siempre me pasan cosas en el metro, por alguna razón soy de ese tipo de personas que atraen a locos y fauna diversa: la gente me habla en el metro, o como hoy (ayer) me regala el catálogo Ikea. Supongo que lo estaba mirando con ganas, porque tengo que ir completando mi casita poco a poco y como soy "tan moderna" vivo en una especie de miniloft con muebles Ikea casi 100%. Suena muy bien, sobre todo cuando cuento que tengo 3 pisos (sí, es cierto) y vivo en el centro de Madrid. Podría poner un anuncio genial en una inmobiliaria: loft de diseño, reformado...Quien haya ido a la caza de algún lugar para vivir en Madrid recientemente ya sabrá leer entre líneas. Esto era un antiguo "super" que reformaron y convirtieron en vivienda. Todo quedó bastante bonito (aunque claro, más aparente que de buena calidad), listo para venderlo al primer desesperado como yo que necesitara un sitio para vivir a un precio módico (que los bancos no avalan fácilmente a una chica sola con un sueldo medianillo. Pero este piso tenía cocina de verdad y bañera (lujos imprescindibles para mí) e incluso espacio para guardar todo lo que me gusta acumular: mi novio dice que ando rozando el síndrome de Diógenes). No es cierto, pero sí es verdad que tengo muchos libros, CDs, colecciones de sellos, postales.... todo lo que no cabe en una minicasa y que aquí con un sótano puedo guardar. Así que me la quedé y poco a poco la voy amueblando a base de visitas al Ikea y maratonianas sentadas de montaje de muebles. Ya hablaré otro día de mi escaso talento como decoradora, de mis meteduras de pata y mis prioridades (también la búsqueda de mi rinconcito particular)
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